Como Naturópata en la década de los 90 decidí encontrar lo que yo llamaba el eslabón perdido entre una persona que recién termine de solventar una enfermedad y pudiera incorporarse a su vida tal y como estaba antes.

Yo entonces entrenaba como deportista de élite, en atletismo, y además era profesor de muchas disciplinas deportivas – natación, atletismo, gimnasia, etc – y quiromasajista y veía que los usuarios o alumnos con problemas, enfermedades o lesiones que ayudaba a mejorar no podían hacer cualquier ejercicio porque podía incluso perjudicarles.

Entonces empecé a practicar Tai Chi y Yoga a nivel personal y entonces decidí elegir la que fuera idónea para ese fin: las dos y ninguna lo eran, ese fue mi descubrimiento porque depende del profesor, la escuela y la interpretación del ejercicio y su objetivo. Sí, la salud no es siempre el único o principal objetivo…

Lo que sí hice fue no rendirme y siempre seguí aprendiendo -aún hoy esa es mi máxima-

y en la búsqueda descubrí una serie de ejercicios del Yoga, Tai Chi, Meditación, Chikung, etc., etc., a las que uní conceptos de inteligencia emocional, nutrición, etc

Y esto me hizo, durante años,  recopilar una serie de ejercicios básicos y equilibrados -con ayuda de muchos compañeros- en cuanto a fuerza, flexibilidad, resistencia y relajación muscular que son hoy la clase de inteligencia corporal.